19 de julio de 2010
Entrada nº 159
3 años sin Fontanarrosa
3 años sin el Negro. Parece mentira. Y aún así, nos sigue doliendo.
¿Cuándo es el momento adecuado para que uno deje este valle de lágrimas? Aparentemente nunca. Fontanarrosa podría haber llegado a los 100 años, y aún así, al partir, hubiéramos dicho: “¿Por qué se tuvo que ir? Hay tanto de él que ya no vamos a ver…”.
Parece una frase trillada, tal vez egoísta, pero es cierta. Al momento de su muerte, comprendimos la triste realidad: ya no leeríamos un nuevo chiste suyo en las páginas de Clarín; ni volveríamos a leer a Inodoro Pereyra cada dos domingos, una verdadera tradición para los que esperábamos la edición de Viva junto al Gran Diario Argentino. En este Mundial de Sudáfrica que ya dejamos atrás no contamos con las columnas de la Hermana Rosa, publicadas en el suplemento deportivo de Clarín, en las cuales el genial humorista le daba vida a esta vidente que no acertaba una.
Rastrando en Internet descubrí algunas muestras de afecto que demostraron el alcance de Fontanarrosa, tanto a lectores como a colegas: la primera es el dibujo que Quino realizó para el libro 20 años de Inodoro Pereyra, el segundo lo realizó Liniers y el tercero Caloi, ambos poco después de la muerte del maestro:
El talento del Negro
A modo de homenaje, les dejo para leer algunos trabajos poco conocidos de Fontanarrosa:
· Vivos!
Una despiadada sátira acerca de la tragedia de los rugbiers uruguayos que se estrellaron en la cordillera de los Andes, en octubre de 1973. Publicada en Satiricón nº 22, septiembre de 1975.
· Arenas de Iwo-Jima
Una historia del humor negro que él supo cultivar. Aparecida en Super Humo® nº 24, de enero-febrero de 1983.
· Boogie, el aceitoso: Entenderás que lo nuestro no va más
Un episodio del mercenario y asesino a sueldo que llegó a la pantalla grande en octubre de 2009. Apareció en Humo® nº 116 en noviembre de 1983.
· Inodoro Pereyra, el renegáu
El último episodio del “poema telúrico”, con guión de Fontanarrosa pero con otro dibujante a cargo de la faz gráfica, ya que la esclerosis múltiple que padeció en sus últimos años ya no lo dejaba dibujar. Fue publicado en Viva el 29 de julio de 2007, diez días después de su muerte.
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